Por FeRe Duelli
Ciudad de México. La entrada a la ciudad de México la hicimos desde el aire, acercándonos en la noche a una inmensidad de puntitos brillantes, amarillos y blancos sobre un fondo nocturno. Los aviones no me generan confianza, pero ya hablaremos de eso más adelante.
![](https://modoviajeok.com.ar/wp-content/uploads/2025/02/2-CDMX-ILUSTRACIONES-1-1.jpg)
Cuando llegamos a la ciudad nos recibió una brisa de noche veraniega. El procedimiento para ir al hotel desde el aeropuerto fue algo a lo que estamos acostumbrados como viajantes low cost, es decir, alejarse de las paradas de taxis oficiales, pedir un auto por medio de la aplicación en las afueras para que sea más económico y durante el viaje pasar por barrios donde el chofer nos pide subir las ventanillas y guardar el teléfono porque son barrios con “mala fama” donde “pasan cosas”.
Lo cierto es que mientras pasábamos por esas cuadras la gente del barrio entero parecía estar durmiendo, y los pocos que deambulaban por ahí no tenían pinta de interesarse por turistas insolados llegados a las dos de la madrugada con celulares baratos. Quizás si volvíamos al otro día teníamos más suerte y experimentábamos cómo era un arrebato de celular en ese país.
Pero en la mañana en lugar de eso elegimos hacer el free walking tour, empezando por el casco histórico. La ciudad de México es una extensión urbana construida sobre una serie de lagos dentro de un enorme valle, un lugar donde no es recomendable construir una ciudad, y mucho menos una de las urbes más pobladas del mundo. Pero así son las cosas, las ciudades se fundan y empiezan a vivir, y si tienen suerte alguien las planifica un poco con el paso del tiempo, sino lo más usual es que las diferentes sociedades que van poblando viviendo y usando la ciudad se vayan superponiendo unas sobre otras.
![](https://modoviajeok.com.ar/wp-content/uploads/2025/02/2-CDMX-ILUSTRACIONES-2-1.jpg)
La ciudad de México fue alguna vez territorio Azteca, previo a eso fue territorio de otras sociedades y previo a eso fue territorio de otras civilizaciones, pero mientras más atrás se va en el tiempo la historia se vuelve más brumosa y difusa, reservada para antropólogos estudiosos de largas barbas
El zócalo es la zona central del casco histórico desde donde se edifica todo lo demás. Hay dos cosas que llaman la atención. Por un lado, está la catedral Metropolitana construida por la invasión española, y en el costado trasero, en diagonal, lo que fue el templo Mayor de los aztecas, hoy reducido a escombros y convertido en museo.
Lo llamativo es que la inquisición española construyó sus iglesias con el material de piedra que sacaban de las pirámides que ya estaban allí, cómo una especie de castigo o lección simbólica a los habitantes originarios. Quizás Dios no estaba del todo de acuerdo con ese método constructivo porque como contra castigo las iglesias son los edificios que más se hunden de toda la ciudad. Toda la ciudad tiene edificios chuecos y caídos para un lado, incluso hay casos donde están “cocidos” entre medianeras por estructuras de acero.
Mientras caminábamos por el centro y veíamos las iglesias y edificios inclinarse, descubríamos la inmensa variedad gastronómica de la que también es famoso México, con una de las cocinas más sabrosas y picantes. Yo tolero bien el picante y además me gusta mucho, pero Mer no, así que siempre pedía sus taquitos sin picante y sin cilantro. Pero en lugar de eso le traían una versión suave, con poco picante y poco cilantro. Al cabo de unos días de comer de esa manera y no estar acostumbrada tuvo que sacar residencia permanente al lado del inodoro y tratar de comer otra cosa, algo difícil porque el desayuno almuerzo y cena mexicanos son todas variedades de chilaquiles, tacos, aguachiles y toda clase de chiles con carne, harina y por supuesto ¡picante!
Cuando Mer estuvo recuperada en uno de los paseos urbanos descubrimos la galería del Friki plaza una galería de varios pisos dedicada a la venta de productos de cultura japonesa de animé y el manga.
![](https://modoviajeok.com.ar/wp-content/uploads/2025/02/2-CDMX-ILUSTRACIONES-3-1-scaled.jpg)
Una característica destacable de los mexicanos es su condición de fan, algo en lo que nos reflejamos mucho, al igual que su humor. Todos hemos crecido viendo el chavo; y dentro del mejor humor que hemos visto en toda Latinoamérica se encuentra el doblaje mexicano de los Simpson desde la temporada 1 a la 8 (hay quienes defienden hasta la temporada 10-11, pero yo no, soy un fundamentalista que me quedo de este lado de la grieta en este caso). Volviendo al freaky plaza es una galería céntrica de varios pisos con locales que venden tomos de mangas (historieta japonesa), remeras, tazas, posters, muñecos de colección, llaveros, stickers (calcomanías que le decíamos) y demás variedades de la cultura pop nipona. Un palacio en plena ciudad para los fanáticos de estas cosas.
Mientras miraba embobado una vidriera, deseando unos muñequitos de los Caballeros del Zodíaco que nunca podré tener porque cuestan lo mismo que mi auto, Mer siguió recorriendo la galería y cuando la quise encontrar para ir a comer fue imposible. Caminé hasta la escalera mecánica y fui al primer piso. Los pasillos eran muy estrechos, abarrotados de locales desde donde colgaban objetos de tantos colores que a la vez me atraían y me mareaban. No sabía cómo equilibrar mi recorrido entre ver a mi alrededor, preguntar precios y buscar a mi esposa para ir a comer.
Empecé a trazar caminos intentando seguir una lógica y una estrategia pensando como ella pero cuando volví a ver el mismo poster de Goku sobre la nube voladora por décima vez empecé a desconfiar, o estaba dando vueltas en círculos o todos los locales ofrecían lo mismo. Decidí entonces actuar cómo lo harían uno de mis héroes de infancia, tan presentes en ese lugar. Cerré mis ojos y me concentré, con los puños apretados, buscando mi fuerza interior, mi Kí.
Las galaxias empezaron a dibujarse en mi mente, una música calma empezaba a sonar en el fondo de mi corazón, una voz aguda cantaba desde el límite de las galaxias, despacio, con ritmo lento. Sentí mi energía desplegarse, estaba seguro que podría lograr cualquier cosa, sentía como me iba moviendo despacio, con los ojos cerrados pero con paso seguro, siguiendo esa voz que a medida que me movía tomaba la forma de Mer que me guiaba.
![](https://modoviajeok.com.ar/wp-content/uploads/2025/02/2-CDMX-ILUSTRACIONES-4-1.jpg)
Atravesé con la fuerza de mi cosmos toda la galaxia a velocidad de la luz hasta que la voz se volvió fuerte, clara, distinguible. Entonces abrí los ojos. Estaba parado frente al mismo poster de Goku sobre la nube, en el mismo puesto que había recorrido diez veces y donde había un parlante con la música melódica de Los Caballeros del Zodíaco. Pero algo en el cosmos sí se movió porque me llegó un mensaje al teléfono “subí al 5to piso, hay locales de comida japonesa, estoy comiendo ramen”. Desde ese día y hasta el final del viaje decidimos comer en el 5to piso de la galería de friky plaza. Yo por mi parte para evitar la lucha de cosmos galácticos que me lleven a un ataque epiléptico decidí evitar el recorrido por los locales y subir siempre por el ascensor.