Sagunto fue la ciudad que cartagineses y romanos se disputaron durante la Segunda Guerra Púnica. Por allí también dejaron sus marcas los visigodos, musulmanes y cristianos.
Alguien nos dijo en Valencia que si queríamos estar cerca del Imperio Romano no deberíamos dejar de conocer Sagunto. Eso hicimos. Tomamos un de cercanías desde Valencia y en 30 minutos llegamos a Sagunto o Sagunt (en valenciano), uno de los pueblos de la provincia de Valencia con más interés histórico y cultural y uno de los más antiguos de España. Tiene más de 3.500 años de historia. Por allí pasaron varias civilizaciones, entre ellos los íberos en el siglo V antes de Cristo, y, varias centurias después, los romanos.

La ciudad es famosa poo el sitio de Sagunto, el enfrentamiento militar que tuvo lugar en el 219 AC entre los cartagineses y los saguntinos. Esta batalla se recuerda principalmente por haber sido el desencadenante de la Segunda Guerra Púnica. Por allí también dejaron sus marcas los visigodos, musulmanes y cristianos.

Desde que bajamos del tren, esta ciudad de 71.000 habitantes cargada de historia, fue dándonos muestras palpables de su pasado romano. Caminando, iniciamos nuestro recorrido hacia la parte histórica de la ciudad y dejamos para otra oportunidad el puerto. Pasamos por el coqueto Ayuntamiento rumbo a la imponente iglesia parroquial de Santa María cuya nave central sobresale en el camino que conduce al Teatro Romano y al Castillo.
Antes, paramos en la Casa del Berenguer para conocer el patrimonio histórico y artístico de esta ciudad. Es uno de los palacios más significativos del centro de Sagunto.
De allí, seguimos a la Judería que es uno de los lugares más encantadores del lugar. El barrio tiene una estructura particular en el que todavía hay restos de la vida cotidiana y de sus antiguos pobladores. Merece la pena caminar por allí un buen rato.

Nuestra caminata nos lleva al Teatro, el edificio romano más destacado de la región. Gran parte de su estructura está reconstruida y sólo queda una porción de la original. Llegó a albergar 10.000 espectadores y aún hoy se utiliza para espectáculos. Fue construido en el siglo I DC y sufrió largos períodos de abandono. Es imponente por dónde se lo mire y basta con cerrar los ojos para imaginarse ese escenario Imperial abarrotado de gente y escuchando los sonidos que aún su impecable acústica nos permite.

Finalmente llegamos al Castillo, situado en lo más alto de la ciudad. Fue el primer emplazamiento histórico de la ciudad, y hoy es uno de los principales puntos de interés turístico y cultural de la zona. Aquí se situó el primer poblamiento íbero ya que es un lugar estratégico para la observación de tierra adentro y vigilancia de la costa. Los restos de este Castillo-fortaleza son de todas las épocas y culturas. Tiene más de 1 km de fortificación defensiva y es un complejo enorme. Fue declarado Monumento Artístico Nacional en 1931. La entrada es gratuita y sería un pecado no conocerlo.









