Guido Buffo la construyó hace 70 años en las Sierras Chicas, en honor a su mujer Leonor Allende y a su hija Eleonora, ambas víctimas de tuberculosis.
Las sierras de Córdoba resguardan historias que merecen ser contadas. En cada rincón hay una. Vamos a contar la historia de una espectacular en Unquillo, provincia de Córdoba, Argentina: la Capilla Buffo.
Es una de las mayores expresiones de arte renacentista que existen en la Argentina. El artista italiano Guido Buffo la construyó hace 70 años en las Sierras Chicas, en honor a su mujer Leonor Allende y a su hija Eleonora, ambas víctimas de tuberculosis.
La capilla-cripta se encuentra en el paraje Los Quebrachitos de Unquillo, a 24 kilómetros de Córdoba. Tiene forma de caracol y en su interior Buffo pintó impresionantes frescos que simbolizan el cosmos, la fragilidad de la vida y la inminencia de la muerte. Fueron restaurados en 2015.

La ermita blanca es reconocida por su impronta ecléctica y por las pinturas del artista humanista, también escultor, sismólogo, escritor, estudioso de las ciencias naturales y la astronomía.
En uno de los murales, aparece su esposa con su hija entre ángeles bajo una luz que une lo divino y lo humano. En otros rinde homenaje a Dios, a la palabra, a la maternidad y a la imaginación; acompañan musas griegas y alguna diosa. Detrás del altar, un fresco representa la creación del mundo.
La capilla evoca la forma de la flor del cardo santo, una ojiva que se repite en otros espacios. La cúpula se completa con una torre art déco de bordes irregulares y un campanario al que se accede por una escalera circular. Las ventanitas en el techo simulan los pistilos del capullo.
Otra curiosidad: en el interior hay tres péndulos que instaló Buffo, que había visto funcionar el de Foucault en Europa.
Se realizan visitas guiadas con reserva previa a turismo@unquillo.gov.ar
La nota fue publicada originalmente en Revista Lugares.