Guardamos como un tesoro la estatuilla que ganamos en el Premio Pasaporte Abierto 2024 en Guadalajara de Buga, en el suroccidente colombiano. Es tan bonita como el trabajo de sus artesanos y su historia que vincula a los hombres con la naturaleza.

Se trata de una pieza original realizada amorosamente, que fusiona dos símbolos icónicos de la región: “El Gato de Tejada» y la técnica de barniz de Pasto Mopa Mopa. Por una parte, el Gato es una escultura emblemática de Santiago de Cali. Por otra, la técnica del barniz es una tradición artesanal única en el mundo originada en el sur de Colombia y declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2020.

El trabajo es increíble. Los artesanos utilizan una resina vegetal que se adhiere a distintas superficies, generalmente madera. Lo curioso es que la materia prima está compuesta por los brotes de las hojas del árbol “mopa mopa”, que sólo se encuentra en el clima amazónico del departamento del Putumayo. Se recolectan las lágrimas que brotan del cogollo de las hojas y posteriormente se comercializa la resina que llega al taller de los artesanos en la ciudad de Pasto en forma de bloque.

Este material es sometido a un delicado proceso manual de limpieza, macerado y teñido hasta obtener una fina lámina. Paralelamente, el maestro artesano de madera talla la pieza para entregarla al barnizador que la prepara para su decoración mediante el lijado y la aplicación de varias capas de pintura. Cuando la madera está lista se extiende la lámina de mopa mopa, que se adhiere con el calor de la mano del artesano. Se recorta con un bisturí siguiendo el diseño y se somete al calor.

Para la elaboración de estas piezas únicas (¡qué alegría tener una en casa!) fue fundamental la destreza del maestro tallador José Álvaro Chañag y las manos de los maestros artesanos del Barniz de Pasto: Mary Ortega Rojas y Mario Fernando Narváez Zambrano. Infinitas gracias.


