En Turquía se encuentra la ciudad mítica relatada por el poeta griego Homero.
La historia de Troya me ha resultado fascinante desde mi época de estudiante de Letras Modernas, cuando descubrí a Homero en la cátedra de Literatura Clásica. Más tarde supe que durante mucho tiempo se creyó que Troya era una ciudad imaginaria inventada por el poeta griego, autor de obras épicas como La Ilíada y La Odisea.

Fue buscada por siglos hasta que un millonario alemán la encontró a finales del siglo XIX.
Llegamos hasta Troya para imaginar los sucesos de la guerra y el viaje de regreso de Ulises (uno de los héroes legendarios de la mitología griega) a su hogar.

Sabemos que los lugares guardan la memoria del pasado y los sucesos acontecidos en algún lugar se perciben aún pasado los años.

Cómo llegamos
La visita a Troya estaba incluída en el tour que contratamos a GrandVoyage para recorrer parte de la alucinante Turquía.

La noche previa a la visita dormimos en Canakkale, una ciudad frente al mar, con un bonito paseo marítimo donde se encuentra una réplica del caballo de Troya que se utilizó en el rodaje de la película Troya (2004), protagonizada por Brad Pitt.

La historia del caballo de Troya es uno de los mitos más conocidos de la mitología universal que habla entre otras cosas de los engaños y argucias utilizadas en la guerra.

En la obra de Homero se cuenta que cuando parecía que la guerra no iba a terminar nunca, Ulises ideó el plan de construir un caballo de madera y dejarlo en la playa como una ofrenda. Pero el caballo estaba hueco y lleno de soldados griegos que, por la noche, salieron de su escondite, abrieron las puertas de la ciudad e iniciaron su destrucción.

La otra réplica de más de 12 metros de altura, creada por un artista turco en 1975, la veríamos al día siguiente, al llegar al sitio arqueológico con más de cinco mil años de historia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

A esta réplica es posible subir para sacarse unas buenas fotos.
Qué ver
En el sitio se ven mayoritariamente ruinas: piedras, algunas columnas, restos de murallas, de vasijas, rocas y más rocas.

No queda ni el mar que golpeaba contra sus murallas ya que, con los siglos, la línea de mar se fue alejando varios kilómetros. Si la historia no lo recordara, nadie diría que fue una aldea de pescadores.
En el predio se destaca el odeón romano, reducido pero bastante bien conservado.

La Ilíada
Recordemos apenas algo de la historia de La ilíada.

Paris es hijo de Príamo, rey de Troya y es recibido en Esparta por su rey Menelao. Paris se enamora de Helena, esposa de Menelao y ambos escapan camino a Troya. Furioso, Menelao quiere recuperar a su esposa y vengarse. Así que se contacta con su hermano Agamenón, rey de Micenas, quien unifica a todas las ciudades griegas para ir a la guerra contra Troya.

Esto cuenta la literatura. En la historia se dice que la guerra no tuvo su origen en el amor sino en el poder. No hay que olvidar que la ciudad se encontraba a la entrada del estrecho de los Dardanelos, que unía el mar de Mármara con el Mediterráneo y el Rojo: perfecto para el comercio marítimo.
El resto de la historia, está en los libros, en la web y en la película Troya (que se aleja un poco de la versión de Homero), con la fascinante historia de su caballo.
Sobre la colina
A pesar de la preeminencia de ruinas, la visita a Troya merece la pena. Un consejo: ir con un guía para entender por qué hay distintos tipos de vestigios. Troya tiene diez capas superpuestas, una por cada una de las ciudades de Troya que se fueron construyendo una encima de la otra. Aún así es difícil saber dónde comienza una y termina la otra. Las etapas van desde Troya I entre el 2929 y 2450 A.C. a Troya X en época bizantina, entre los siglos XIII y XIV. Por encima de las romanas y griegas.

El recorrido es a través de terraplenes sobre la colina de Hisarlik.
La Troya que narra Homero, la de la guerra entre troyanos y aqueos está en la capa VII-A, destruida por un incendio, en el 1200 A. C.






