Cuenca y el embrujo de las “casas colgadas”

Autor:

Mariana Otero

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La ciudad de Castilla La Mancha es Patrimonio de la Humanidad. Sorprende con sus balcones colgando desde los acantilados y con sus «rascacielos» construidos en la Edad Media.

Llegamos a Cuenca con la ilusión de conocer las “casas colgadas”, cuyos balcones y ventanas de madera se asoman al río Huécar suspendidas en los acantilados. 

Hasta allí llegamos para comprobar que, de alguna manera, la identidad de Cuenca se la dieron los ríos Júcar y Huécar, que con sus meandros dibujan un paisaje magnífico que se aprecia desde los cerros con sus construcciones medievales.

Cuenca está ubicada en el noroeste de Castilla – La Mancha, a sólo una hora en tren de Madrid. La ciudad es una de las 15 ciudades Patrimonio de la Humanidad de España y se destaca por su peculiar casco antiguo sobre un cerro rocoso, rodeado por las hoces de ambos ríos, a más de mil metros de altura. La hoz del río es un valle estrecho con curvas pronunciadas entre paredes de roca. 

Cuenca es un viaje al medioevo. Fue musulmana hasta la conquista cristiana en el siglo XVIII por el rey Alfonso VIII de Castilla. Sus primeros habitantes árabes la construyeron sobre terreno escarpado  rodeado de precipicios. Cuenca guarda cierto embrujo: tiene una catedral inacabada, una parroquia con cúpula octogonal como guiño a sus orígenes musulmantes  y un castillo que durante siglos fue Cárcel Perpetua de la Inquisición. Hay historias y leyendas en sus monumentos y callejuelas.

Un viaje al pasado

Decidimos quedarnos a pasar la noche en Cuenca. La mayoría de los visitantes van a pasar el día, pero el espíritu de la ciudad se comprende mejor al caer la tarde. Nos alojamos en la Hospedería Seminario Conciliar de San Julián, ubicada en el corazón del casco antiguo, en la céntrica plaza de la Merced (donde algunas noches de verano los vecinos se congregan a disfrutar de una película en blanco y negro del cine mudo, al aire libre. Vivimos esa experiencia!).

Alojarse aquí es vivir en otro tiempo, imaginar la vida del siglo XVIII. Es muy, MUY, recomendable (aquí valen las mayúsculas). 

El Seminario data de 1741 y fue construido sobre los restos del palacio del marqués de Siruela. Hoy en día allí siguen formándose los futuros sacerdotes de la diócesis conquense.

Recorrido a pie

Iniciamos nuestro recorrido por la Plaza Mayor, que es lo primero que uno ve cuando ingresa con la línea 1 del ómnibus. Es el centro neurálgico. 

La plaza está rodeada de edificios de fachadas de colores, entre ellos el Ayuntamiento de estilo barroco y con tres arcos de medio punto; el Convento de las Petras y la impresionante Catedral de Santa María y San Julián. La plaza está repleta de terrazas para tomar y comer algo y ver pasar la vida.

Listos para conocer esta Cuenca, esta joya arquitectónica, tomamos este free tour y, luego, ingresamos a la Catedral (la primera gótica de Castilla junto a la de Ávila) construida en el año 1177 por orden del rey Alfonso VIII, pocos años después de la reconquista de la ciudad. 

Se encuentra sobre una mezquita árabe. La fabulosa fachada neogótica fue reconstruida en el siglo XX, debido a un derrumbe. En el interior tiene más 20 capillas, el Coro, la Sacristía Mayor, la Sala Capitular, el claustro renacentista, el Arco de Jamete y la Torre del Ángel, todas iluminadas por la luz natural que ingresa por los ventanales. Está abierta todos los días de 10 a 19.30.

Miradores y rascacielos 

Los miradores hacia los ríos Júcar y Huécar y el entorno montañoso son gran parte del atractivo de Cuenca. Hay que dar un paseo por el mirador de San Miguel, al lado de la Iglesia del mismo nombre; el Florencio Cañas, cerca de la Plaza Mayor; el mirador hoz del Júcar y el mirador del Rey, que tiene unas vistas preciosas de todo el conjunto (hay que caminar diez minutos en subida).

Otra opción que garantiza increíbles vistas es visitar las ruinas del castillo de Cuenca, una fortaleza árabe que fue conquistada por las tropas cristianas en 1177.

Llegamos, al fin, a las icónicas Casas Colgadas. Son una serie de edificios que tienen  fotogénicos balcones de madera colgando sobre los acantilados de la hoz del río Huécar, Están a más de 60 metros de altura. Fueron levantadas entre los siglos XIII y XV, y hoy sólo se conservan tres: la Casa de la Sirena, que alberga un mesón y las dos Casas de los Reyes, en la que se encuentra un Museo de Arte Abstracto. En el interior se puede apreciar la arquitectura: artesonados mudéjares, decoraciones renacentistas en algunos arcos y pinturas murales del gótico tardío. 

Para sacar las mejores fotos de las Casas Colgadas, hay que pararse a la mitad del Puente de San Pablo o en la subida al Convento de San Pablo.

El puente en sí tiene su historia. Según nos contó nuestro guía, fue construido en hierro y madera en el año 1902, en reemplazo del antiguo puente de piedra del siglo XVI, que se derrumbó. Tiene 60 metros de altura y, además de sacar la foto del millón a las Casas Colgadas, permite cruzar el río Huécar y llegar más fácilmente al Convento de San Pablo, de la orden de los dominicos, donde hay un parador.

Otra curiosidad de la ciudad son los “rascacielos” del barrio de San Martín, uno de los más antiguos que visitar en Cuenca. Se trata de un conjunto de casas estrechas de gran altura con fachadas de colores, de 3 o 4 pisos. Pero siguiendo la calle Alfonso VIII se ven construcciones  que llegan hasta los 11 pisos en la parte delantera que da al río Huécar. Según nos contaron esta particularidad, que hace famosa a Cuenca, se explica por el terreno montañoso y la arquitectura medieval del siglo XV, cuando fueron construidos.

Cómo llegar a Cuenca desde Madrid

Es posible tomar un tren AVE en la Estación de Atocha de Madrid que te deja en la estación de Cuenca Fernando Zóbel, en menos de una hora, por unos 25 euros. En temporada alta es recomendable reservar el boleto con antelación. Podés hacerlo en esta página web o en la de Renfe.

Una vez en la estación, hay que tomar la línea 1 del ómnibus urbano que te deja en media hora en la Plaza Mayor por unos 2 euros.

Otra forma más económica de llegar a Cuenca es tomar un bus de la compañía Avanza, que sale de la Estación Sur de Autobuses Méndez Alvaro y te deja en la estación de Fermín Caballero de Cuenca en unas dos horas y media por 13 euros. Desde esta estación también hay que tomar el urbano hasta el casco viejo.

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